El trabajo del detective privado es una labor totalmente legal, sin embargo, existen unos límites. Conoce cuál es la frontera de sus pesquisas.
Los detectives privados son los profesionales encargados de escrutar y descubrir hechos que la población general no es capaz de obtener por cuenta propia. Para realizar esta labor cuentan con multitud de herramientas y métodos que en ocasiones, si se desconoce la ley, pueden parecer poco éticos.
Los detectives privados en Barcelona, como la mayoría de sectores, cuentan con algunas limitaciones legales que rigen su trabajo. Además, junto a la legalidad, los detectives tienen que enfrentarse a problemas éticos. Por esto, si estás pensando en contratar los servicios de estos profesionales es importante que conozcas que tipo de limitaciones pueden aparecer en su trabajo.
El detective privado solo puede trabajar en espacios públicos
Por lo general, los detectives pueden vigilar a los individuos y registrar sus movimientos siempre que lo hagan desde espacios públicos o establecimientos de acceso público (bares, restaurantes, centros deportivos…). Es decir, un detective no puede introducirse en un domicilio o propiedad privada sin un consentimiento explícito. Si actuaran de esta forma, pueden enfrentarse a un delito de allanamiento de morada, sufriendo todas las consecuencias derivadas de ello.
Es importante conocer que, al contratar un detective privado en Barcelona, estos no pueden hacer uso de información protegida. Este tipo de información recoge, por ejemplo, documentación fiscal o bancaria, registros telefónicos o comunicaciones privadas, ya que ello solo puede consultarse a través de una orden judicial y por parte de miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado debidamente autorizados.
Leyes particulares
Los detectives privados tienen que atender a leyes específicas del país en el que trabajan. Por ejemplo, como norma general, no pueden grabar conversaciones si no forman parte de la misma ya que registrar conversaciones de terceros sin participar en ellas es algo ilegal. Tampoco pueden hacerse pasar por agentes de la ley, pues incurrirían en un delito de usurpación de funciones, o colocar una cámara oculta sin respetar los principios legales existentes.
De forma general, un detective podrá actuar y tomar imágenes de aquello que esté produciéndose en un espacio de acceso público y que no dañe la privacidad del investigado salvo que dicha privacidad afecte al cliente que de forma legítima solicita la investigación.
En España, donde las capacitaciones para poder ejercer la profesión de detective privado son las más exigentes del mundo, existe la Ley de Seguridad Privada. Esta es la que determina las facultades y limitaciones de los profesionales del sector, así como, de forma general, el Código Penal.
Los profesionales tienen especial cuidado en respetar los límites legales porque si el método por el que se consiguió la información es contrario a la ley, más allá de las responsabilidades civiles o penales que ello pueda significarles, un tribunal invalidaría la prueba.
Problemas éticos
Los detectives privados, como otros sectores profesionales, cuentan con colegios y gremios que establecen un código ético o deontológico. El principal fin de esto es garantizar frente a la sociedad que su actuación es la adecuada.
De forma individual, un detective privado, como profesional independiente, podrá rechazar aquellos asuntos que, aún y ajustándose a la legalidad, puedan ir en contra de su propia ética profesional. Todo ello sin necesidad de justificar su decisión, como por ejemplo ante un conflicto de intereses.
En conclusión, si ha tomado la decisión de contratar un detective privado en Barcelona, es muy importante que se asegure previamente que este dispone de la tarjeta de identidad profesional en vigor (TIP) emitida por el Ministerio del Interior, así como que está colegiado, en aquellas comunidades donde existe un Colegio Profesional, a fin de evitarse disgustos tales como la imposibilidad de utilizar la prueba que le proporcionen.
Fuente: El Lorquino
