Irán tiró de orgullo y no cedió ante las presiones de la República Islámica, Qatar y la FIFA. La dura situación vivida estas últimas semanas en el país persa respecto a la represión que sufren las mujeres ha puesto el grito en el cielo contra el gobierno de Ali Jamanei. El plantel de jugadores internacionales iranís no ha querido dejar pasar la oportunidad de protestar contra esta opresión. Que mejor escenario para hacerlo que una cita mundialista, con miles de millones de personas observando.
La protesta iraní se hizo palpable antes del pitido inicial del partido, durante los himnos. La selección inglesa cantó a pleno pulmón su himno nacional y llegaba el turno de escuchar el himno iraní. Los futbolistas se negaron a cantar su propio himno. Todos ellos, inmóviles, serios y con la mirada perdida. Mientras tanto, en la grada los aficionados iranís aprovecharon para gritar y abuchear el himno persa. Se hizo visible la imagen de cientos de mujeres iranís, casi todas sin velo, con el pulgar hacia abajo durante el himno.
Todo ello con el precedente de Mahsa Amini como detonante de esta protesta. Es el caso de una joven mujer iraní de 22 años muerta por tortura a manos de las autoridades iranís. La activista por los derechos de las mujeres fue víctima de brutalidad policial por no llevar bien puesto el velo. La policía de la moral la detuvo en Teherán y las secuelas que provocaron todos los golpes que recibió produjeron su muerte. Este hecho ha sido la causa de multitud de revueltas en Irán contra los líderes del Gobierno.
Reacción de los jugadores de Irán
“Todo esto lo estamos haciendo por Mahsa Amini. No queremos a este gobierno”. Comunicaron algunos jugadores de la selección de Irán tras el encuentro.
El nivel de implicación de los jugadores de Irán con esta causa era bastante visible. Mucha seriedad en los rostros de unos futbolistas que eran capaces de abstraerse de esta situación durante los 90 minutos. Este se tradujo en un arrollador resultado favorable a Inglaterra, un 6-2 en un cómodo partido para los Three Lions. Esto se vio reflejado en el rostro de la estrella iraní, Mehdi Taremi, autor de los dos goles de su selección. No celebró ni esbozó la más mínima sonrisa.
Otra de las referencias de esta selección, Sardar Azmoun, llegó a ser amenazado por la República Islámica de Irán. El jugador del Bayer Leverkusen, suplente el día de ayer, fue extorsionado con no volver a ser convocado con su selección si volvía a mostrar su apoyo a las mujeres iranís.
“No puedo quedarme callado. Y si el castigo es ser expulsado de la selección nacional, es un pequeño precio a pagar por un solo mechón del pelo de una mujer iraní. Deberían avergonzarse por la facilidad con la que pueden asesinar a una persona. Larga vida a las mujeres iraníes” escribió en sus redes sociales Azmoun, días antes del comienzo del mundial.
Los jugadores de Irán no mostraron miedo a futuras represalias y llevaron a cabo su noble protesta. En contraposición, el apoyo que siete selecciones pretendían mostrar a la comunidad LGTBIQ+, entre ellas Inglaterra, y que finalmente han declinado hacer. Las presiones y amenazas de sanción han minado la moral de las distintas federaciones. La alianza entre Qatar y la FIFA ha podido con las ganas de muchas personas por mostrar su desazón con este Mundial y su organizador.
Fuente: El Mundo
