La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) pide regular el sector de las máquinas expendedoras para que, al menos el 50% por ciento de la oferta sea de productos saludables.
La dieta mediterránea de la que siempre hemos presumido cada vez es menos dieta y menos mediterránea. Los principales indicadores así lo muestran. Por eso, el pasado año la Fundación Española de Nutrición, alertaba de un descenso en el consumo de frutas y vegetales.
Miguel Ángel Royo Bordonada, médico especialista en Salud Pública y uno de los miembros del grupo de Nutrición, razona la falta de control de estos terminales. Además, declara que «la Administración no solo está incumpliendo su deber de promover hábitos de vida saludable. Además, está privando de la libertad de elegir un producto más sano, pues la oferta se concentra en bebidas edulcoradas, bollería y aperitivos salados».
A lo largo de este año, han sido cada vez más los lugares que han rediseñado la oferta alimentaria para acercarse a una propuesta más equilibrada nutricionalmente. El Covid-19 ha acelerado esta tendencia, poniendo encima de la mesa la importancia de introducir la fruta fresca en los trabajos y oficinas como producto esencial.
Asimismo, la pandemia del coronavirus nos ha hecho entender que la salud está por encima de todo. La fruta es uno de los alimentos más saludables: ofrece innumerables beneficios y vitaminas a nuestro cuerpo, aportándonos salud. Sin embargo, aún a día de hoy, no la encontramos en las máquinas expendedoras:
¿No deberían ser los productos por antonomasia?
Como diríamos ahora: comida real. Así, la gran apuesta para las oficinas es la fruta fresca, lista para consumir en cualquier lugar. El producto se presenta en un envase atractivo porque deja ver perfectamente, algo que genera confianza en el consumidor y muy versátil ya que no solo permite su conservación dentro de la máquina, sino que facilita el traslado al consumidor.
Fuente: El Mundo.
