Los servicios de limpieza se vieron afectados por la “lluvia de barro”, teniendo que reforzar su trabajo para poder combatirla.
El cielo de Madrid amaneció teñido de un notable tono naranja. La borrasca Celia ha traído la capital la calima, un polvo que proviene del Sahara y que afecta a la calidad general del aire. Debido a la excepcionalidad del evento, el Ayuntamiento ha impulsado un nuevo dispositivo de limpieza debido al polvo en suspensión que asola la ciudad.
Hablando en cifras concretas, los servicios realizaron 385 actuaciones con agua entre el día y la madrugada, un 20% más que una jornada típica.
Además, como medida preventiva, han suspendido todos los trabajos con sopladores. De hecho, el Ayuntamiento de Madrid no contaba con un protocolo específico para lidiar con las partículas PM10 de este fenómeno meteorológico. La colaboración es total y han declarado que «este fenómeno no afecta a los niveles de óxidos de nitrógeno ni dióxido de nitrógeno».
Limpieza para combatir un fenómeno “habitual”
Desde Medio Ambiente han declarado que este fenómeno meteorológico es bastante habitual y ya ha ocurrido en otras ocasiones. Sin embargo, la combinación de la calima con la precipitación y las rachas de viento han provocado la “lluvia de barro naranja”. Las partículas son de un gran tamaño, hasta 10 micras, por lo que no supone un peligro muy pronunciado. Tan solo deberán tener especial cuidado aquellas personas que presenten problemas respiratorios con anterioridad.
Ha afectado a la zona sur de Madrid y a sus distintos distritos. Esto ha ocasionado que, por ejemplo, cualquier empresa de limpieza en Fuenlabrada haya visto duplicada sus peticiones de servicios.
Recomendaciones
Las principales recomendaciones por parte del Gobierno son reducir el uso de transporte privado, con motivo de disminuir las partículas presentes en el aire. Además, se informó a la Consejería de Salud y distintas asociaciones médicas de la necesidad de distribuir la información necesaria a todos los centros sanitarios adscritos.
Fuente: ABC
