La llegada del coronavirus ha afectado a los negocios dirigidos por mujeres, que se une al reto de los roles de género en la conciliación familiar.
Según el informe de la OBS Business School, publicado a principios de septiembre, titulado “Los emprendedores después de la COVID-19” la situación que ha provocado la pandemia no ha hecho más que provocar un menor sentimiento emprendedor para las mujeres.
El estudio dirigido por Lluís Soldevilla, indica que, aunque el virus tuvo un mayor impacto a nivel médico en los hombres, el impacto económico de la pandemia lo han sufrido en mayor medida las mujeres, y especialmente las emprendedoras. Esta damnificación a las empresas lideradas por mujeres va más allá de los límites de la crisis, pues evidencia los distintos roles de género y el acceso desigual a la financiación que las mujeres han experimentado históricamente y siguen experimentando en 2021.
Diferencias de género
De este modo, según la OBS, las pequeñas y medianas empresas de propiedad femenina son más propensas a operar en los sectores más afectados por las restricciones ocasionadas por el virus (concretamente el comercio mayorista y minorista), lo que empeora aún más su situación.
A esto se le une el hecho de que el peso de la conciliación familiar sea asumido mayoritariamente por ellas y que tengan que emprender sus empresas con un menor capital que los varones, pues cuando solicitan préstamos suelen recibir un tercio menos que sus equivalentes masculinos.
Fuente: elEconomista
