Las fuertes rachas de viento de la borrasca Celia, cuyo centro se ha asentado en el suroeste de la península, han llegado acompañadas por una masa de aire procedente del Sáhara que ha teñido de naranja los cielos de media España.
La calima, que se propagó con menor intensidad hasta Francia y los Países Bajos ocasionó un empeoramiento de la calidad del aire en ciudades como Barcelona, Valencia o Madrid. El efecto anaranjado del fenómeno fue incluso visible en áreas del Pirineo, donde la nieve ayer apareció de esta tonalidad.
La previsión es que esta masa de aire sahariano en suspensión se vaya mitigando a partir del jueves, aunque seguirá siendo perceptible unos cuantos días más. Sin embargo, se prevén precipitaciones que favorecerán que el polvo en suspensión se acumule en el suelo. La calima es un fenómeno muy habitual en las Islas Canarias por su proximidad al continente africano. Asimismo, puede implicar un riesgo para la salud. El pronóstico de la Agencia Estatal de Meteorología es que estos próximos días aumente notablemente la presencia de partículas PM10. Las cuáles son tóxicas para los humanos y llegan hasta cuadruplicar los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Qué recomienda la Aemet frente a la calima de España?
Según los expertos, la calidad del aire empeora considerablemente con la presencia de estas partículas, que pueden dañar el aparato respiratorio. Es por eso que las autoridades sanitarias recomiendan no realizar deporte al aire libre mientras perdure este fenómeno. Además de llevar la mascarilla de tipo FFP2 cuando se esté en la calle.
Cada vez que la AEMET avisa de una intrusión de polvo sahariano, la población de la Península y las islas inhala un aire más nocivo de lo que cree. No son cantidades preocupantes, pero han podido ser medidos por los científicos en dos estudios diferentes. Entre los cuales uno de ellos ha determinado la presencia de isótopo radiactivo en las lluvias de barro en España.
Fuente: El Periódico.
