Instalar pérgolas es una de las formas más fáciles de mejorar cualquier espacio al aire libre, ya sea un jardín, patio o terraza. Sin embargo, hay que seguir la legislación para su instalación.
Las pérgolas proporcionan sombra en todo momento del día y aumentan significativamente la comodidad del hogar. Existen muchos tipos, construidas con gran variedad de materiales y diseños, aunque todas tienen el mismo objetivo: proteger el espacio libre permitiendo que pueda ser utilizado durante todo el año. En España, las opciones más demandadas son las pérgolas bioclimáticas retráctiles, las pérgolas de aluminio y las pérgolas de madera.
Sea cual sea la elección hay que tener en cuenta la normativa legal a la hora de instalarla. Estas normas suelen cambiar y actualizarse, aunque en la mayoría de los casos es necesario solicitar un permiso. Esto se debe a que la instalación de la pérgola puede cambiar la apariencia de la casa.
Por este motivo, antes de comenzar, los propietarios deben consultar siempre con la autoridad local para conocer la normativa vigente en la localidad. Este tipo de ordenanzas son competencia municipal y van cambiando asiduamente, por lo que se deben cumplir para evitar problemas en el futuro.
Las pérgolas deben seguir la nueva legislación
Cuando la superficie del terreno se sitúa entre 5 y 20 metros cuadrados, el propietario de la casa debe pedir los permisos correspondientes en el ayuntamiento de la ciudad que corresponda. Una tramitación municipal que, por lo general, no suele ser inmediata. Como novedad, cuando la superficie cubierta supera los 20 m², se debe pedir un permiso de obra.
Tras el pago de las tasas y los derechos correspondientes, este permiso de obra permite al propietario iniciar la instalación de toldos y pérgolas siguiendo los planos y especificaciones de la documentación aportada. En el caso de las pérgolas independientes, no hay que presentar autorización cuando la superficie sea inferior a 5 m² en el suelo.
Fuente: tribunasalamanca.com
