Ni 2,1 millones de vehículos se fabricaron en España el pasado año, cuando en 2019 se superaron los 2,8 millones. Y aunque todos creen que 2022 será mejor, la esperanza de la recuperación del sector se focaliza en 2023.
Cerrados los datos de la producción industrial española de 2021 en el sector del automóvil, ya puede asegurarse que fue un ejercicio realmente malo y que fue, de mal en peor. La primera afirmación es la caída significativa del 7,5% en relación con el ejercicio anterior. Pero sobre todo se basa en el dramático descenso del 25,6% frente a 2019. Y la segunda afirmación parece demostrarse con las cifras de producción del último mes del año, con una caída del 25,1% frente al anterior diciembre de 2020. Si los efectos sobre nuestras factorías de la escasez de suministros no estaban en máximos en diciembre, al menos lo parece.
Sin duda la llamada “crisis de los microchips” ha pasado factura a la principal industria del país. Aunque se han sumado otros factores como la crisis económica derivada de la pandemia que ha afectado tanto a España, como a los principales clientes de nuestros vehículos. Esta crisis, sin duda, no sólo golpeó a España, sino también a otros grandes productores europeos.
Afortunadamente, las estimaciones indican que esta situación de escasez de semiconductores y otras materias primas irá mejorando durante 2022, aunque también hay cierta unanimidad al pronosticar que la crisis de los microchips no estará del todo reglada hasta comienzos de 2023, el año que todos contemplan como el de la resurrección industrial.
En cuanto a las tecnologías de propulsión de los vehículos fabricados en nuestro país, durante 2021 siguió aumentando la fabricación de vehículos de cero y bajas emisiones, que alcanzaron una cuota del 11,6% de la producción total.
Fuente: El Confidencial.
