Son muchos los conductores que, conscientes de que están superando los límites de velocidad, se dedican a frenar de manera intensa justo antes de llegar a uno de los radares.
Los radares son ya un aspecto muy conocido que forma parte de nuestras carreteras. Estos elementos son necesarios para controlar el comportamiento de muchos conductores que, aún a día de hoy, deciden pisar el acelerador más de la cuenta y, por tanto, ponerse en riesgo tanto a ellos como al resto de usuario. Muchos conductores, además, son conocedores de la presencia de los radares y, en base a ese dato, modifican su conducción.
Son aquellos conductores que, sabiendo el lugar exacto donde está instalado un radar de velocidad, levantar el pie y pegar un frenazo para así «perder menos tiempo» para, unos segundos después, volver a acelerar para recuperar su velocidad de crucero que suele estar por encima de los límites de velocidad.
Esta actitud es extremadamente peligrosa, ya no sólo por el hecho de que se exceden los límites de velocidad, sino porque también se pone en riesgo a los conductores que circulan detrás al efectuar frenazos. Estos puede que sean a veces demasiado bruscos y pueden pillar desprevenidos a otros conductores. Por eso, la Dirección General de Tráfico, consciente de este hecho, ha decidido tomar cartas en el asunto.
¿Cómo será esta nueva actualización de los radares?
De esta manera, los nuevos radares que utiliza la DGT cuentan con dos cámaras en lugar de una. La primera hace una fotografía relativamente cercana del vehículo. Pero luego existe una segunda cámara que se encarga, gracias a su teleobjetivo, de sacar una fotografía mucho más lejana, cuando el conductor generalmente piensa que ya está fuera del rango de detección del radar.
Cabe recordar también que la DGT está trabajando duro en la implantación de más radares: en 2022 llegarán nuevos aparatos de «tramo». Estos controlarán la velocidad durante una distancia muy amplia.
Fuente: La Sexta.
