En una situación de emergencia, cada segundo cuenta. Saber actuar con rapidez puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Los desfibriladores externos semiautomáticos, conocidos como DESA, se han convertido en una herramienta clave en la atención inmediata ante una parada cardíaca. Pero, ¿sabemos realmente cómo se utiliza?
Aunque su diseño está pensado para que cualquier persona, incluso sin formación médica, pueda activarlo, conocer el procedimiento paso a paso para usar un desfibrilador DESA puede reducir el estrés del momento y aumentar la eficacia de la intervención.
¿Qué es un desfibrilador DESA y cuándo se utiliza?
Un DESA (Desfibrilador Externo Semiautomático) es un dispositivo portátil diseñado para analizar el ritmo cardíaco y, si es necesario, aplicar una descarga eléctrica para restablecer un ritmo normal. Está pensado para tratar paradas cardíacas súbitas, especialmente las fibrilaciones ventriculares.
Se suele encontrar en espacios públicos como aeropuertos, estaciones, centros deportivos, escuelas y empresas. En España, su uso por personal no sanitario está autorizado, siempre que se sigan las instrucciones del dispositivo.
¿Cómo se usa paso a paso un desfibrilador DESA?
Estos son los pasos para utilizar un desfibrilador DESA correctamente, tal y como lo indican organismos como la Cruz Roja o el Consejo Europeo de Resucitación:
1. Asegura la zona y verifica la conciencia
- Comprueba que no hay peligro para ti ni para la víctima.
- Sacude con suavidad los hombros y pregunta en voz alta: ¿Está bien? ¿Me escucha?
- Si no responde, solicita ayuda inmediatamente y pide que llamen al 112.
2. Verifica la respiración
- Observa si el pecho se eleva.
- Si no respira o lo hace de forma anormal (boqueadas), inicia RCP mientras alguien trae el DESA.
3. Enciende el desfibrilador
- Pulsa el botón de encendido. El dispositivo comenzará a darte instrucciones por voz y visualmente.
4. Coloca los electrodos
- Retira la ropa del pecho.
- Seca la piel si está húmeda.
- Coloca las almohadillas adhesivas según el dibujo:
- Una debajo de la clavícula derecha.
- Otra debajo de la axila izquierda.
5. Sigue las instrucciones del dispositivo
- El DESA analizará el ritmo cardíaco automáticamente.
- No toques a la víctima durante el análisis.
- Si recomienda descarga, el dispositivo lo indicará claramente.
- Pulsa el botón de descarga solo cuando te lo indique.
6. Continúa con RCP
- Tras la descarga (o si no se recomienda), reanuda inmediatamente la RCP: 30 compresiones torácicas y 2 ventilaciones.
- El dispositivo volverá a analizar el ritmo cada 2 minutos.
7. No te detengas hasta que llegue ayuda
- Sigue las instrucciones del DESA.
- Solo detente si la persona recupera la consciencia, si llega el personal médico o si estás completamente agotado.
Preguntas frecuentes sobre el uso del DESA
¿Puedo usar un DESA sin tener formación?
Sí. El DESA está diseñado para ser utilizado por cualquier persona, incluso sin experiencia sanitaria. La voz del aparato guía todo el proceso de forma clara y precisa.
¿Se puede usar un DESA en niños?
Sí, pero es importante contar con electrodos pediátricos. En su defecto, se pueden usar los de adulto, con una colocación diferente: uno en el pecho y otro en la espalda.
¿Qué pasa si coloco mal los parches?
El dispositivo te avisará si no puede hacer el análisis. Es casi imposible aplicar una descarga accidental: el DESA no permite la descarga si no es necesaria.
Otros aspectos clave sobre los desfibriladores DESA
- Mantenimiento del DESA: Revisa batería, electrodos y estado general regularmente. Algunos modelos inteligentes envían alertas cuando hay fallos.
- Dónde instalar un DESA: Lugares de alta concurrencia, empresas, gimnasios, comunidades de vecinos. En muchas regiones, su presencia ya es obligatoria.
- Cursos recomendados: Aunque no es imprescindible, hacer un curso de RCP y manejo del DESA puede marcar la diferencia.
El poder de estar preparado
Aprender a utilizar un desfibrilador DESA no es solo una habilidad útil: es un acto de responsabilidad ciudadana. Puede que nunca lo necesites. Pero si llega el momento, tu conocimiento puede salvar una vida. Literalmente.
Y tú, ¿sabrías actuar?