Después de una reunión celebrada ayer, el Banco Central Europeo (BCE) anunció un aumento en los tipos de interés en un cuarto de punto, dejándolos en el 4%. Esta medida llega como respuesta a la persistente inflación que ha desafiado los esfuerzos por controlarla, a pesar de que la Eurozona se encuentra en recesión. La institución presidida por Christine Lagarde considera que el aumento de precios sigue estando descontrolado, a pesar de que los datos ya muestran «señales incipientes de debilitamiento».
El BCE ha elevado sus previsiones de inflación en una décima tanto a corto como a medio plazo, debido a la solidez en el mercado laboral, alejándose ligeramente del objetivo del 2%. Lagarde ha señalado que es probable que se realice otro aumento de 0,25 puntos en julio, lo que llevaría los tipos de interés a su nivel más alto desde el año 2000.
El éxito económico de Europa se ha convertido en un desafío para los banqueros centrales de la Eurozona. A pesar de que la región ha entrado en recesión, se ha logrado crear un millón de empleos y la tasa de desempleo ha continuado disminuyendo hasta alcanzar un mínimo histórico del 6,5% en el continente. Sin embargo, la dificultad de algunos sectores para encontrar mano de obra ha llevado a una mayor presión de los empleados para obtener mejores salarios, lo que ha permitido a algunas empresas seguir obteniendo beneficios relativamente elevados.
El BCE advierte que la inflación tardará en contenerse
Lagarde ha destacado que los miembros del Consejo de Gobierno del BCE han discutido extensamente sobre estas noticias. Aunque la economía europea tiene razones para estar orgullosa, el alivio para los ciudadanos que tienen que renovar sus hipotecas todavía se encuentra lejos. Durante la conferencia de prensa posterior a la reunión, Lagarde ha afirmado que aún no se han producido los temidos efectos de segunda ronda, pero se están observando aumentos en los costes laborales unitarios que están teniendo un impacto en la inflación.
Las nuevas previsiones del BCE indican que la inflación media se situará en el 5,4% este año, en lugar del 5,3% pronosticado en marzo. Para 2024, se espera una inflación del 3% (anteriormente era del 2,9%) y del 2,2% en 2025 (en lugar del 2,1% anterior), debido al impacto de las subidas salariales. Aunque estas revisiones son solo ligeras, Lagarde ha advertido que se prevé que la inflación siga siendo demasiado alta durante demasiado tiempo.
El BCE considera que el camino emprendido, que implica aumentar los tipos de interés del 0% al 4% en menos de un año, es el adecuado para aplacar la inflación. Aunque los mercados y los ciudadanos esperan con incertidumbre los efectos de estas medidas, el BCE está comprometido a mantener la estabilidad económica en la Eurozona y garantizar que la inflación se mantenga bajo control.
