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Errores comunes al tratar la humedad en paredes y cómo evitarlos

La humedad en las paredes es uno de los problemas más frecuentes en hogares y edificios, especialmente en ciudades con climas húmedos o cambios estacionales pronunciados. Más allá de afectar la estética del inmueble, la humedad puede comprometer la estructura, dañar acabados y favorecer la aparición de moho, con consecuencias para la salud de quienes habitan el espacio.

A pesar de que existen numerosos tratamientos antihumedad en el mercado, muchas personas cometen errores que impiden solucionar el problema de manera efectiva. Conocer estos errores y cómo evitarlos es clave para mantener las paredes secas y saludables.

1. Ignorar el tipo de humedad

Uno de los errores más comunes es tratar toda la humedad como si fuera igual. Existen principalmente tres tipos:

  • Humedad por capilaridad: asciende desde el suelo a través de los poros de los materiales. Es frecuente en sótanos y muros antiguos.
  • Humedad por condensación: se forma cuando el vapor de agua del aire se deposita sobre superficies frías, provocando manchas y moho.
  • Humedad por filtración: proviene del exterior, normalmente por filtraciones en tejados, canaletas o grietas en muros.

Cada tipo requiere un enfoque distinto. Aplicar un tratamiento inadecuado no solo resulta inútil, sino que puede agravar el problema. Por ejemplo, pintar sobre una pared con humedad por capilaridad sin eliminar la causa subyacente solo ocultará temporalmente las manchas y fomentará la aparición de moho.

Identifica correctamente el tipo de humedad antes de actuar. Observa la ubicación, la frecuencia de aparición y la textura de las manchas. En casos complejos, consultar a un especialista en tratamientos antihumedad puede ahorrar tiempo y dinero.

2. No reparar la causa del problema

Otro error frecuente es centrarse únicamente en las soluciones estéticas: pintar, enlucir o aplicar impermeabilizantes sin reparar la fuente de la humedad. Este enfoque puede proporcionar un alivio temporal, pero el problema volverá con el tiempo.

Ejemplos comunes:

  • No sellar filtraciones en tejados o canaletas.
  • Ignorar grietas en muros exteriores.
  • No mejorar la ventilación en zonas con condensación.

Antes de aplicar cualquier tratamiento, analiza la estructura del edificio y elimina la causa raíz. Esto garantiza que las soluciones aplicadas sean efectivas y duraderas.

3. Aplicar tratamientos incorrectos o de baja calidad

El mercado ofrece múltiples productos antihumedad, desde pinturas especiales hasta sistemas de inyecciones o electroósmosis. El error está en utilizar el producto equivocado para la situación específica o elegir opciones de baja calidad.

Consecuencias:

  • Persistencia de la humedad.
  • Desprendimiento de pintura o revestimientos.
  • Costos adicionales por repetir el tratamiento.

Infórmate sobre las técnicas más adecuadas para tu tipo de humedad. Por ejemplo, la electroósmosis y las inyecciones antihumedad son eficaces contra la humedad por capilaridad, mientras que la ventilación y los deshumidificadores ayudan con la condensación. La elección del producto correcto marca la diferencia.

4. Subestimar la ventilación y el control de la humedad ambiental

Muchos problemas de humedad se deben a la falta de ventilación adecuada, especialmente en cocinas, baños y sótanos. La condensación puede aparecer incluso en paredes recién tratadas si el aire no circula correctamente.

Errores típicos:

  • Cerrar ventanas por miedo al frío, acumulando humedad en el interior.
  • No utilizar extractores en baños y cocinas.
  • Ignorar la instalación de sistemas de ventilación en sótanos o trasteros.

Asegúrate de que los espacios tengan ventilación suficiente. Instalar rejillas de ventilación, extractores y mantener las ventanas abiertas cuando sea posible, contribuye significativamente a prevenir el moho y la humedad por condensación.

5. No secar correctamente las paredes antes del tratamiento

Aplicar pintura, revestimientos o tratamientos antihumedad sobre paredes húmedas es un error muy común. La superficie húmeda impide que los productos se adhieran correctamente y reduce su eficacia.

Señales de que la pared no está lista:

  • Material friable o blando al tacto.
  • Presencia de humedad visible en la superficie.
  • Mal olor característico a moho.

Permite que las paredes se sequen completamente antes de aplicar cualquier tratamiento. Esto puede requerir el uso de deshumidificadores, ventiladores o calefacción dirigida. Solo así los productos aplicados funcionarán correctamente.

6. Ignorar el mantenimiento posterior

Una vez tratada la humedad, muchas personas consideran que el problema está resuelto para siempre. Sin embargo, la prevención y el mantenimiento continuo son fundamentales para evitar recurrencias.

Acciones recomendadas:

  • Revisar periódicamente la integridad de tejados, canaletas y juntas.
  • Comprobar el estado de los revestimientos antihumedad.
  • Mantener una ventilación adecuada y controlar la humedad ambiental.

El mantenimiento regular reduce la necesidad de intervenciones costosas y prolonga la vida útil de los tratamientos aplicados.

Tratar la humedad en paredes requiere un enfoque integral que considere la causa, el tipo de humedad, el tratamiento adecuado y el mantenimiento. Evitar los errores más comunes, como ignorar la raíz del problema, aplicar productos inadecuados o descuidar la ventilación, es clave para lograr resultados efectivos y duraderos.

Un diagnóstico correcto, la elección de técnicas profesionales y la prevención continua no solo protegen las paredes, sino también la salud y el confort del hogar. Adoptar estas buenas prácticas asegura que las paredes se mantengan secas y libres de moho durante mucho tiempo.

Contacta con especialistas en humedades para obtener un buen diagnóstico.

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