La primera de las cinco fases de la reforma de las Ramblas arrancará en el tramo más próximo a la estatua de Colón y continuará a lo largo de todo el emblemático paseo.
Ya hay fecha y presupuesto para el inicio de las obras de transformación del paseo más famoso de Barcelona. La comisión de Urbanismo del Ayuntamiento ha decidido a favor iniciar la reforma: será este 2022 y en un tramo simbólico, de unos 100 metros, en Colón.
El plan de mejora costará un total de 44 millones de euros en cinco fases, aunque no se ha concretado el importe de la primera. El proyecto ha contado con un apoyo unánime: los votos del gobierno (comunes y PSC) y de la oposición en pleno. En sus intervenciones, Junts, ERC, Ciutadans, Barcelona pel Canvi y PP han recriminado el retraso a Ada Colau. Estas reformas integrales en Barcelona coexistirán con las de la otra calle vertical que cruza el distrito de Ciutat Vella, la Via Laietana.
En las últimas semanas, la reforma de La Rambla ha sido motivo de enfrentamiento político entre el ejecutivo de la alcaldesa Ada Colau y ERC. De hecho, en el paseo fue donde el jefe de filas de los republicanos, Ernest Maragall, anunció que votaría en contra del presupuesto.
La reforma de las Ramblas pretende priorizar a los peatones
La obra prevista se basa en el proyecto ganador del concurso organizado por el Ayuntamiento en 2018, que firmaba el equipo km-Zero. Este está dirigido por la arquitecta y ex concejal de Ciutat Vella Itziar González. Hace un año, las reformas seguían sin fecha, y el concejal del distrito, Jordi Rabassa, reconoció que no tenían fecha ni presupuesto.
El objetivo de esta conversión es pacificar el paseo, con más árboles, vinculado a la cultura y ganando espacio para el tránsito de los peatones. “Modernizar la Rambla poniendo en valor su historia y contribuir a reactivar el comercio local y el centro”, alega el Ayuntamiento. En el tramo final, el paseo se dilatará unos metros, hasta el monumento de Colón. En el espacio que se ganará en la avenida de Drassanes se habilitará un espacio para que los niños jueguen.
Fuente: El País
