La tecnología de inteligencia artificial se abre paso en el cuidado de la tercera edad, prometiendo asistencia y compañía a nuestros mayores.
La inteligencia artificial (IA) ha permeado diversos ámbitos de nuestra vida, desde la creación de imágenes hasta la medicina. Ahora, su potencial se explora en el cuidado de las personas mayores, buscando no solo asistir en tareas cotidianas sino también paliar la soledad que muchos experimentan.
La IA como compañía y asistencia
La soledad no deseada puede tener graves repercusiones en la salud, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, demencia y problemas de salud mental. Ante este panorama, la tecnología busca ofrecer soluciones. Robots de acompañamiento, equipados con IA, están siendo desarrollados para asistir a los mayores en su día a día. Estos dispositivos pueden ayudarles a realizar ejercicios, detectar caídas y hasta acercar objetos. Más allá de la asistencia física, se investiga su capacidad para mantener conversaciones y ofrecer compañía, aunque aún no pueden replicar la interacción humana genuina.
El debate: Humanos vs. Robots
A pesar de los avances, hay un consenso en que la tecnología no puede, y no debería, reemplazar completamente la interacción humana. Las relaciones interpersonales se basan en la empatía, el afecto y el intercambio de sentimientos, aspectos que un robot no puede ofrecer. Sin embargo, en situaciones donde el aislamiento es extremo y no hay otras opciones, la IA puede ser una solución temporal. Es esencial que la sociedad priorice la conexión social y el cuidado de los mayores, y que la tecnología actúe como un complemento y no como un sustituto.
Proyectos en marcha y consideraciones éticas
En España, ya se están implementando proyectos piloto en residencias de mayores. Desde mascotas robóticas, como PLEO, diseñadas para ayudar a pacientes con demencia, hasta robots como Pepper, que asisten en ejercicios de fisioterapia y cognitivos. Aunque estas iniciativas son prometedoras, no están exentas de desafíos. Las implicaciones éticas, como el tratamiento de la información y la privacidad, son aspectos cruciales a considerar. Además, es fundamental que cualquier tecnología implementada esté basada en los derechos humanos y respete la dignidad de las personas mayores.
La IA y la robótica tienen el potencial de transformar el cuidado de la tercera edad, ofreciendo soluciones innovadoras para mejorar la calidad de vida de los mayores. Sin embargo, es esencial abordar los desafíos éticos y garantizar que la tecnología se utilice de manera responsable y complementaria al cuidado humano. La verdadera solución radica en una combinación equilibrada de tecnología y humanidad.