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Limpiar heridas con alcohol y otros tres errores que cometemos cuando queremos curar

Los primeros auxilios no son cosa de aficionados, pero hay nociones básicas que podemos adquirir y fallos muy comunes que podemos evitar fácilmente.

Las amenazas pueden aparecer en cualquier momento y obligarnos a actuar de inmediato para administrar primeros auxilios. No es una tarea sencilla y baladí y, aunque el 112 no está solo para solicitar una ambulancia o la ayuda de los bomberos, sino también para asesorar y dar instrucciones de lo que debemos hacer ante una emergencia, es bueno tener unos conocimientos básicos que podemos adquirir, por ejemplo, en un sencillo curso de primeros auxilios online.

Esta esencial instrucción nos llevará a dejar de cometer una serie de errores que todo el mundo ha llegado a cometer alguna vez en la vida:

Si el alcohol duele no es porque esté curando

Aplicar alcohol como desinfectante y pensar que escuece porque está curando es un fallo. La idea es útil para ayudar a los niños a aceptar el dolor, pero, en realidad, la sensación nace de que los bordes de las heridas se están quemando. El mejor desinfectante para heridas superficiales es la cristalmina, pues está compuesta por digluconato de clorhexidina. El alcohol solo debería emplearse en la desinfección del material o para lavarnos las manos en caso de no tener agua y jabón.

Ante un atragantamiento, las palmadas sobran

Lo ideal es dejar pasar unos segundos y observar si la persona atragantada puede toser por si misma, ya que la mayoría de casos se resuelven simplemente gracias al reflejo de la tos.

En el caso de que no, es importante mantener la calma y aplicar la maniobra de Heimlich, la mejor forma de ayudar a una persona que sufre un atragantamiento. Si no se conoce o se ha olvidado, siempre se puede llamar a emergencias para que indiquen los pasos a seguir.

Con hemorragia nasal, no levantes la cabeza

Al echar la cabeza hacia detrás mientras la nariz sangra, se corre el riesgo de inhalar la propia sangre y obstruir las vías respiratorias. Lo mejor para esta situación es tener paciencia: una hemorragia necesita que se coagule la sangre, algo que tarda entre 5 y 10 minutos. Mientras tanto hay parar el flujo comprimiendo la zona y llevar la cabeza hacia delante.

Los cortes de digestión no existen, pero fastidian

La clásica amenaza de las tardes de sol y piscina no existe como tal, aunque el proceso al que se refiere sí existe. Cuando sucede, por culpa de un cambio brusco de temperatura, puede llegar a producirse un pequeño vómito o mareo. Si sucede dentro del agua el corazón puede llegar a pararse y devenir en un ahogamiento, aunque realmente es muy poco frecuente.

Fuente:  ElPaís

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