El Gobierno evita promover restricciones, cierres o cuarentena en la sexto ola para no comprometer la recuperación.
La Conferencia de Presidentes en la que Pedro Sánchez reunió a los líderes territoriales el miércoles no dejó un buen sabor de boca. Las comunidades autónomas salieron de la reunión con la sensación de que la respuesta ante la explosión de contagios fue escasa. El Gobierno dictamina que las CC.AA tienen «las herramientas suficientes» para contener al virus y rechazan cualquier intervención estatal.
La decisión de volver a la mascarilla en exteriores es puesta en duda por los expertos en la materia y también por algunos presidentes autonómicos. Algo que resulta contradictorio, ya que el Gobierno la adoptó tras la petición de hasta siete territorios. Pero lo cierto es que la imposición de esta medida sin una restricción en los interiores resulta insuficiente para muchos.
Si en otras fases se priorizó la salud, ahora se ha optado por evitar un parón productivo que pueda comprometer la recuperación.
Medidas contra la sexta ola y ómicron
Por ello, el Gobierno ha optado por una estrategia de proactividad. En ella, el presidente ha aumentado su presencia pública, por ejemplo, enviando el mensaje de las mascarillas. Desde prácticamente todos los grupos presentes en el arco parlamentario –desde PP a EH Bildu– se criticó. Casi todos los políticos de la oposición consideran esta iniciativa como una medida «ineficaz» e incluso «contraproducente». Para argumentar esto, citan que únicamente se trata de «meramente estética» y que sólo servirá para incrementar el «hartazgo» de la ciudadanía y acabar con la poca paciencia que les quedan.
En todo caso, en Moncloa han hecho un estudio y un gran control de daños. Desde allí confían en que su estrategia de fiarlo todo a la vacunación dará un gran resultado, pues se trata de una variante de menor gravedad, pero de infinita contagiosidad.
Fuente: La Razón
