Barcelona es la única ciudad española que retrocede posiciones, mientras que Singapur, Zúrich y Oslo lideran el ranking mundial.
Las ciudades más inteligentes de España son Bilbao y Zaragoza, según la tercera edición del Ranking de Ciudades Inteligentes, que sitúa a la ciudad vasca en décima posición de un total de 118 ciudades de todo el globo terráqueo, y a la capital aragonesa en el puesto 15. Para sorpresa de todos, Madrid y Barcelona aparecen muy por debajo (en los puestos 34 y 58 respectivamente).
Comparado con los datos del año anterior, Bilbao asciende 14 posiciones, Madrid aumenta 11, Zaragoza lo hace 33 y Barcelona es la única que ha retrocedido (concretamente 9 puestos).
En cuanto a Bilbao, el ranking elaborado por el Institute for Management Development (IMD) en colaboración con la Universidad de Tecnología y Diseño de Singapur (SUTD) demuestra la buena puntuación de la ciudad en aspectos tales como el transporte público, el saneamiento básico en las zonas más pobres, la velocidad de la conexión a la red, la prestación de servicios médicos y los servicios de reciclaje en cuanto a estructuras. Los técnicos también acentúan la mejora en el sistema de citas médicas en línea y las actividades culturales junto a la compra online para espectáculos y museos.
Barcelona y Madrid
La ciudad de Madrid, por su parte, despunta por los espacios verdes, la oferta cultural y la implementación del estándar de la compra online de entradas para espectáculos, así como los grandes recursos de los servicios de búsqueda de empleo.
Barcelona, la única ciudad española que ha bajado puestos, se sitúa actualmente en el 58. En lo relativo al sistema, continúa destacando en oferta de actividades culturales y en lo pertinente al acceso a la educación permanente por parte de las instituciones locales. En tecnológico, es estudio encuentra satisfactorio el sistema de compra en línea de entradas y gestión de citas médicas.
Sin embargo, las dos ciudades deben enfrentar, según los autores, problemas graves relacionados con el saneamiento, el tráfico y la vivienda disponible.
Fuente: ElEconomista
