Según ha detallado el CSIC en un comunicado, la idea es poder usarlos para producir distintos materiales como plásticos, pinturas o revestimientos de superficies.
El proyecto, que se ha llamado Fraction y que está coordinado y regulado por el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (ICP-CSIC), ha obtenido la cantidad de 6,2 millones de euros de la BBI-JU (consorcio público-privado entre el programa H2020 de la Unión Europea y la asociación Bio-Based Industries europeas).
Este consiste, según ha detallado el CSIC, en evidenciar y demostrar el funcionamiento de un novedoso proceso de fraccionamiento de la lignocelulosa para poder conseguir obtener celulosa de alta calidad. Después, esta será modificada y utilizada en la industrialización de productos que sean de un mayor valor como, por ejemplo, disolventes, resinas, monómeros y polímeros que pueden emplearse para producir elementos de material plástico.
Sostenibilidad garantizada
El investigador del ICP-CSIC, David Martín Alonso ha explicado que “esta iniciativa pretende establecer que se pueden producir múltiples materiales y productos químicos renovables a partir de biomasa lignocelulósica de forma sostenible y a precios competitivos reemplazando muchos de los productos que usamos hoy en día y vienen del petróleo, como las botellas de bebidas, los envoltorios plástico o los disolventes de pintura”, lo que demuestra que es mucho más sostenible que su producción tradicional y ayuda a mantener al medio ambiente de una forma más óptima y ecológica.
Para alcanzar esto, se utilizará una novedosa técnica desarrollada por el CSIC y un procedimiento de tratamiento de biomasa que usa como disolvente un complejo compuesto orgánico en lugar de agua y que permite tratar los residuos y remanentes lignocelulósicos (como el pino, el abedul, el bagazo, el cartón ondulado, etcétera.) para dividir y logar conseguir de forma aislada sus tres componentes principales: celulosa de alta calidad, hemicelulosa y lignina.
Fuente: EFE Verde