InicioEnfermedadesEl síndrome de profunda tristeza que acecha cada Navidad

El síndrome de profunda tristeza que acecha cada Navidad

Nuestro cerebro determina si nos convertimos en los reyes de la Navidad o si somos el Grinch. Las causas pueden ser variadas, desde el consumismo, a la soledad o el recuerdo de un ser querido fallecido.

Cada vez estamos más cerca de la navidad y con ella se hacen presentes las cenas familiares, los regalos, la decoración y todas las tradiciones que se suelen hacer en esta época de alegría y felicidad. Sin embargo, si en lugar de provocarte sensaciones positivas te genera angustia, tristeza o rechazo hacia estas festividades, es muy probable que estés sintiendo «depresión navideña» o «blues de navidad».

Los expertos no lo consideran un trastorno, sino un estado de ánimo negativo y temporal el cual tiene síntomas similares a los de la depresión. Por ejemplo: falta de ánimo y energía, desinterés hacia ciertas cosas, irritación y malestar e incluso hasta cuadros de ansiedad. De hecho, las personas que sí padecen depresión son más propensas a sentir sus efectos.

Marcela Rodríguez, psicóloga, atribuyó el motivo de la depresión en esta época por ser la parte reflexiva de cierre de año. Asimismo, la doctora Valeria Angulo, especialista en psiquiatría, indicó que otros factores tienen que ver con el significado de estas fechas, pues a algunas personas puede causarles sentimientos de soledad, culpa, melancolía e incluso estrés.

Ambas especialistas recomiendan ver esta parte reflexiva como una oportunidad para valorar lo que logramos, lo que aprendimos, y no solo ver las pérdidas o lo no cumplido.

Algunos consejos para llevar de la mejor manera esta “depresión de Navidad» son:

  1. Reflexionar sobre lo que se sienten agradecidos
  2. Identificar en qué cosas me equivoqué para aprender de esa experiencia
  3. Tener una actividad, física o espiritual, que disfrute que se pueda mantener con cierta periodicidad.
  4. Poner un propósito realista en cada uno de los ámbitos de la vida.
  5. Tratar de balancear el estrés y no perder de vista el bienestar contra otras demandas del entorno.
  6. En caso de notar que no estamos del todo bien, buscar orientación y no esperar a que la situación progrese.

Fuente: El diario de Yucatán.

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