La economía europea muestra signos de desaceleración, avivando preocupaciones de una inminente recesión en la zona euro.
La economía europea muestra signos preocupantes de desaceleración, avivando los temores de una posible recesión en el horizonte. A pesar del impulso inicial postpandémico, los indicadores macroeconómicos de la zona euro reflejan una tendencia negativa, con una fuerte caída en la demanda y la contratación que ha afectado gravemente la actividad manufacturera.
Indicadores en rojo
Según los datos de Eurostat, tras un retroceso del 0,1% en el cuarto trimestre de 2022 y una tasa del 0% en el primero de 2023, la economía logró repuntar un 0,3% en el segundo trimestre de 2023. Sin embargo, los pronósticos para el tercer trimestre no son alentadores. El índice de gestores de compra (PMI) elaborado por HCOB y S&P Global, que evalúa la actividad, los pedidos y la demanda, ha mostrado una notable disminución en agosto, alcanzando su nivel más bajo desde noviembre de 2020.
El informe destaca que la contracción ha afectado tanto al sector manufacturero como al de servicios. Los nuevos pedidos han experimentado una caída significativa, lo que ha llevado a las empresas a aumentar su productividad. Sin embargo, la disminución de la demanda ha resultado en una contracción de los nuevos pedidos y una ralentización en la contratación. A esto se suma el crecimiento constante en los costes de insumos y aprovisionamientos, lo que ha llevado a las empresas a repercutir estos costes a sus clientes.
Situación en España
En el caso de España, la situación es particularmente preocupante. A pesar de las previsiones optimistas del Banco de España, que anticipaba un crecimiento del 2,3%, los indicadores PMI sugieren una contracción económica del 0,1% para el tercer trimestre. Esta discrepancia se debe principalmente a la caída del PMI de servicios y a la disminución de la demanda, especialmente de la demanda exterior.
La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, ha reconocido que España no puede aislarse de la desaceleración económica europea. Aunque mantiene su previsión de crecimiento del PIB para este año en más del 2,1%, ha admitido que los próximos meses estarán marcados por la ralentización económica, especialmente si el Banco Central Europeo decide aumentar los tipos de interés.
Europa se encuentra en una encrucijada económica. A pesar de los esfuerzos iniciales para recuperarse de la pandemia, los indicadores actuales sugieren que la recesión podría estar a la vuelta de la esquina. Es esencial que los gobiernos y las instituciones financieras tomen medidas proactivas para evitar una crisis económica más profunda y garantizar la estabilidad a largo plazo.
