La sequía en España reduce las cosechas y eleva los precios. Conoce las implicaciones para agricultores y consumidores en el panorama actual.
La persistente sequía en España está causando estragos en el sector agrícola, con una drástica reducción en la producción de cereales y un posible impacto en el Índice de Precios al Consumo (IPC) de la alimentación.
Reservas de agua en mínimos históricos
A medida que nos adentramos en agosto, mes de mayor consumo de agua, las reservas en los embalses se encuentran alrededor del 40% de su capacidad total. Aunque esta cifra es ligeramente superior a la del año pasado en el mismo período, está por debajo del promedio de la última década. Las cuencas del Guadalquivir y las internas de Cataluña son las más afectadas, con niveles críticamente bajos que podrían desencadenar más restricciones en el riego, afectando a cultivos esenciales como el arroz y el maíz.
Impacto en la producción de cereales
La falta de lluvias ha sido un factor determinante en la disminución de la cosecha de cereales de otoño-invierno, que se estima entre siete y ocho millones de toneladas. Si sumamos la producción de maíz, que podría alcanzar 2,5 millones de toneladas, la cosecha total rondaría los 10 millones de toneladas. Esta cifra contrasta con los 18 millones de toneladas del año anterior y los 24 millones de 2021. Esta situación obligará a España a realizar importaciones récord para satisfacer la demanda interna, tanto para el consumo animal como humano.
Precios en alza, pero no para los agricultores
A pesar de la reducción en la producción, los agricultores no han visto un aumento proporcional en los precios debido a las importaciones masivas realizadas anteriormente. Sin embargo, los precios de la paja han alcanzado niveles históricos. El aceite de oliva virgen extra es otro producto cuyo precio ha escalado, superando los 8.000 euros por tonelada, con transacciones que llegan hasta los 8.500 euros.
Perspectivas desalentadoras
Las previsiones para la próxima campaña no son alentadoras. Se espera que la producción de aceite de oliva se sitúe, por segunda vez consecutiva, entre las 600.000 y 700.000 toneladas. Si no se registran lluvias significativas al inicio del otoño, la situación podría complicarse aún más, afectando a diversos sectores y posiblemente incrementando el IPC de la alimentación.
La sequía en España está teniendo un impacto profundo en el sector agrícola, con repercusiones en la economía y en el bolsillo de los consumidores. Es esencial que se tomen medidas para gestionar eficientemente los recursos hídricos y se apoye a los agricultores en estos tiempos desafiantes. La adaptación y la resiliencia serán clave para enfrentar los desafíos climáticos actuales y futuros.
