Entre mayo y agosto la producción industrial se ha reducido hasta un 2,5%.
Las consecuencias del desabastecimiento de semiconductores ya son visibles en nuestro país. Un ejemplo claro de ello es la situación que está atravesando SEAT, pues acordó con los sindicatos a finales de septiembre un ERTE que afectará a 11.348 trabajadores.
Sin embargo, SEAT es tan solo la punta del iceberg y se extiende al resto de empresas industriales de España. Los datos demuestran un parón que comienza el pasado mes de junio, en un contexto en el que debería estar creciendo rápidamente para satisfacer el crecimiento de la demanda ocasionado por la reducción de restricciones y el final del estado de alarma.
Tercer mes consecutivo de bajada
En agosto se registró el tercer mes seguido de declive de la producción industrial, lo que confirma que existe un problema del sector. Esta contrariedad está ocasionada directamente por los problemas de distribución desde China y la subida generalizada del precio de la energía, lo que supone un freno a la recuperación económica de España.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, declara que “es un asunto muy preocupante” y que obedece a tres razones de peso. Una de ellas es la sustitución de algunos compradores que fallaron durante la pandemia por otros que aumentaron su demanda, como es el caso de los semiconductores y las empresas informáticas y automovilísticas. Esta tesitura ha provocado que los últimos hayan sido desplazados como compradores prioritarios, colapsando y lastrando su producción por falta de chips y arrastrándola hasta casi la totalidad de sectores de la industria “made in Spain”.
Fuente: El Confidencial
