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Europa supera la escasez de gas

Las reservas de gas europeas siguen llenas gracias a un invierno suave que ha evitado los apagones y cortes en la calefacción

«Hay que reconocer que Europa ha tenido suerte este año. Ha habido dos factores fundamentales: un invierno extraordinariamente suave y unos confinamientos en China muy importantes», ha declarado Víctor Burguete, investigador en el área de Geopolítica Global y Seguridad de CIDOB.

Según el investigador, el confinamiento que se ha producido en China, algo que ha generado una demanda muy baja de las materias primas por su parte, junto a las altas temperaturas que se han producido durante este invierno han provocado que Europa no demande tanto gas como se esperaba y que el precio del gas natural haya estado cayendo durante los últimos meses.

Con dos elementos tan volátiles, es posible que no tengamos esa suerte en los próximos meses. “Cuidado con el próximo invierno, esto no se ha acabado. El tema del gas posiblemente siga encima de la mesa en 2023”, advierte, aunque quizá no con los graves problemas de precios o de cortes abruptos de suministro que se dieron el pasado año.

Dependencia de Europa con el gas

La dependencia de Europa del gas ruso ha llevado a la UE a recurrir al gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos y el Golfo Pérsico, que se transporta en barcos metaneros y se regasifica en puertos europeos. Aunque esto ha permitido a la UE capear la crisis del año pasado, se espera una mayor competencia por el GNL a nivel mundial, especialmente de Asia, lo que podría generar problemas en los próximos meses. Además, la reducción de la demanda energética en Europa, que alcanzó el 19% en el caso del gas entre agosto y enero, también ha contribuido a evitar una crisis mayor.

Sin embargo, esta reducción en la demanda energética tiene una cara negativa, ya que aproximadamente la mitad se debe a la pérdida de actividad económica en el sector industrial. Otras medidas, como la limitación de la calefacción en edificios públicos o el apagado de luces en escaparates, monumentos y oficinas, también han contribuido a esta reducción en la demanda.

En resumen, aunque Europa ha logrado evitar una crisis energética importante gracias al uso del GNL y a la reducción de la demanda energética, pero es posible que se presenten problemas en el futuro debido a la competencia global por este recurso y a la posibilidad de una mayor demanda energética.

Fuente: RTVE

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