Diversas investigaciones científicas han revelado que existen 5 claves que, si se siguen a diario, nos permiten gestionar mejor nuestras emociones y alcanzar un mayor grado de felicidad.
¿Cuál es, para ti, el significado de la palabra felicidad? ¿Qué te viene a la mente cuando piensas en el hecho de ser feliz? Es una pregunta controvertida y bastante difícil de responder. Además, la respuesta está sujeta al pensamiento individual de cada sujeto. Según Freud: “La felicidad es el resultado de satisfacer necesidades acumuladas que han alcanzado un nivel elevado de tensión”. Por otro lado, Aristóteles decía que era posible alcanzarla si combinabas de manera adecuada los bienes externos de tu cuerpo y de tu alma.
Según Cliff Arnall, psicólogo adjunto en la Universidad de Cardiff, la felicidad puede resumirse en una fórmula que considera factores como las temperaturas, la socialización, el contacto con la naturaleza y las vacaciones,
Sin embargo, la ciencia ha avanzado más y ha demostrado que nuestras emociones tienen su origen en estímulos que generan reacciones químicas en nuestro cerebro, lo cual significa que podemos gestionarlas incluso en medio de condiciones externas totalmente desfavorables.
Existen cinco hábitos y acciones que podemos llevar a cabo a diario para estimular la liberación de hormonas que nos brindan esas sensaciones de felicidad, como la serotonina, endorfina, dopamina y oxitocina. Asimismo, estos hábitos también pueden ayudar a mitigar los pensamientos destructivos que surgen en nuestra mente. Estos son esos 5 hábitos:
Ponerle nombre a las emociones
Un estudio publicado por la National Library of Medicine revela que etiquetar los sentimientos reduce la actividad de la amígdala, la región del cerebro que se activa durante las emociones. Por esta razón, los psicólogos recomiendan expresar por escrito o verbalmente lo que nos sucede para distanciarnos de ciertos problemas a la vez que obtenemos una perspectiva más amplia y efectiva manejarlos.
Socializar
Los seres humanos somos inherentemente seres sociales. Nuestra correcta evolución depende de un entorno social que nos respalde. Reservar algunas horas o minutos al día para la socialización es uno de los elementos clave para conciliar el sueño con una mayor sensación de felicidad.
Hacer ejercicio físico
Investigadores examinaron los impactos del ejercicio en 1,2 millones de individuos en los Estados Unidos entre 2011 y 2015, llegando a la conclusión de que aquellos que se ejercitaban experimentaron un 43,2% menos de días con mala salud mental en el último mes en comparación con aquellos que no lo hicieron. Los resultados fueron aún más positivos para aquellos que realizaron ejercicio en grupo. Además, aporta una mayor calidad de vida.
Los abrazos
La interacción y el contacto físico reduce la producción de cortisol en el cerebro, permitiendo la liberación de oxitocina y serotonina. Un artículo publicado en la revista PLOS ONE revela que abrazar, ya sea recibirlo o darlo, se relaciona con la disminución del estado de ánimo negativo experimentado durante un conflicto personal.
Hablar contigo mismo de manera positiva
En muchas ocasiones, especialmente cuando nos encontramos en situaciones en las que no cumplimos nuestras propias expectativas, tendemos a lanzarnos mensajes negativos como «soy un desastre», «soy torpe» o «siempre me equivoco». Nuestra autocomunicación influye de manera significativa en la historia que construimos sobre nosotros mismos y moldea nuestro comportamiento futuro. Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Michigan, liderado por Ethan Kross, revela que cuando nos hablamos internamente en primera persona, tendemos a utilizar frases negativas como las mencionadas anteriormente. Sin embargo, al dirigirnos en segunda persona («este error no te define», «puedes superar esto» o «estás haciendo un excelente trabajo»), adoptamos una perspectiva más objetiva, racional e incluso optimista, distanciándonos emocionalmente de la situación.