Granada queda como el último reducto de las escuelas públicas que abarcan el ciclo de Educación Infantil completo. Este modelo educativo cuenta con el respaldo de profesionales y familias que sin embargo sí puede ofrecerse desde el sector privado.
El modelo agoniza. La intención de la Comunidad de Madrid de cerrarlo deja a Granada como último reducto para este tipo de centros, un sistema que gozó de popularidad en su día, pero muy minoritario hoy. A pesar de ello, «las familias que lo prueban no lo quieren dejar» y en su día fue un ejemplo para muchos otros países, según explica María López, de la Junta de Portavoces 0-6 de la Comunidad de Madrid.
Pese a estar reconocida como una etapa unitaria, la Educación Infantil es la única del ciclo obligatorio que se divide. Desde hace ya muchos años, los infantes deben cambiar de centro y pasan de una escuela infantil a un colegio. El cambio para muchos se puede percibir en varios niveles y, en opinión de muchos profesionales y familias, resulta prematuro.
Escuelas infantiles y baja natalidad
En los 80 y los 90, el uso de las escuelas 0-6 estaba mucho más extendido, cuenta López. Pero el final de siglo vino con una caída en la natalidad, «que repercutió mucho en los colegios. Para compensar la pérdida de demanda, se decidió estrenar líneas de tres y cuatro años a costa de las escuelas infantiles, que perdieron el segundo ciclo. De este modo se creó el modelo actual que impera actualmente.
La principal preocupación que detectan familias y profesores con este sistema es el cambio de los niños a un colegio con tres años. Esto traslada la aproximación educativa cuando los niños son aún demasiado pequeños, lo que puede resultar muy perjudicial para su desarrollo.
Fuente: eldiario.es
