Las mujeres en España llevan la mayor carga del trabajo no remunerado, según un informe de la ONU, evidenciando desigualdades persistentes.
La feminización de los cuidados en España es una realidad que se refleja en las cifras. Un reciente informe de la ONU ha confirmado que las mujeres llevan la mayor carga del trabajo no remunerado, un aspecto que ha sido objeto de debate y preocupación en el ámbito nacional e internacional.
Una realidad innegable:
La contribución de las mujeres en el ámbito de los cuidados, tanto en el hogar como en el sector profesional, ha sido históricamente significativa. La ONU, en su reciente informe, ha arrojado luz sobre esta situación, destacando que las mujeres realizan el 76% del trabajo de cuidados no remunerado a nivel global. En términos prácticos, esto significa que las mujeres dedican tres veces más tiempo a estas labores en comparación con los hombres. En España, esta tendencia se mantiene, con mujeres invirtiendo 12,5 horas adicionales a la semana en trabajos de cuidado no remunerado que sus contrapartes masculinas. Esta situación pone de manifiesto la persistente desigualdad de género en la distribución de responsabilidades y roles tradicionales.
El panorama en España:
La Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, llevada a cabo por el INSST, refleja que España no es ajena a esta problemática global. A pesar de los avances en materia de igualdad de género y de los esfuerzos por promover la corresponsabilidad en el hogar, las mujeres siguen siendo las principales encargadas de los cuidados, especialmente cuando estos no son remunerados. Si bien es cierto que cada vez más hombres optan por permisos retribuidos para compartir responsabilidades, las cifras muestran que, en situaciones no remuneradas como reducciones de jornada o excedencias, las mujeres continúan siendo las más afectadas. Esta realidad subraya la necesidad de políticas más efectivas que fomenten una distribución equitativa de las tareas de cuidado.
Implicaciones económicas:
El trabajo de cuidados, aunque no remunerado, tiene un impacto económico significativo. Representa el 9% del PIB mundial, una cifra que destaca la importancia económica de estas labores que, a menudo, pasan desapercibidas. A pesar de su relevancia, este tipo de trabajo rara vez se reconoce o se valora adecuadamente en términos económicos. La ONU, al destacar esta situación, busca generar conciencia sobre la necesidad de otorgar el debido reconocimiento y valor al trabajo de cuidado remunerado, y de considerar a quienes lo realizan como trabajadores esenciales en la economía global.
Estereotipos y desafíos:
Más allá de las cifras, la feminización de los cuidados está profundamente arraigada en estereotipos y normas culturales que asignan roles de género tradicionales. Estos estereotipos, que asocian a las mujeres con el cuidado y a los hombres con el trabajo remunerado, perpetúan las desigualdades y limitan las oportunidades para ambos géneros. Combatir estos estereotipos es esencial para lograr una distribución equitativa de las responsabilidades y promover la corresponsabilidad en todos los ámbitos de la sociedad.
Hacia un futuro equitativo:
La ONU insta a la adopción de medidas urgentes para reorganizar el trabajo de cuidados y promover una distribución equitativa de responsabilidades. En este contexto, el Gobierno español ha propuesto, en su rol presidencial del Consejo de la UE, que el derecho al cuidado y el derecho de las mujeres a disponer de tiempo libre sean pilares centrales de las políticas europeas. Esta propuesta busca garantizar que las mujeres no solo tengan acceso a oportunidades laborales equitativas, sino también a tiempo libre para vivir y disfrutar de sus vidas fuera del ámbito laboral y de cuidados.
En resumen, el trabajo no remunerado, predominantemente desempeñado por mujeres, es una cuestión que requiere atención y acción inmediatas. Reconocer, valorar y redistribuir estas responsabilidades es esencial para construir una sociedad más justa y equitativa.
