Las empresas automovilísticas Renault y Nissan han llegado a un acuerdo tras cuatro años de confrontación por el liderazgo
Tras cuatro años de estancamiento, la alianza de 24 años entre Renault y Nissan ha logrado avanzar. El acuerdo marca el fin del dominio del grupo francés sobre su socio japonés y resuelve en una pequeña parte los problemas de gobernanza que venían trayendo.
Después de meses de negociaciones, la colaboración industrial de los dos grupos podrá continuar. La destitución de Carlos Ghosn en 2018 tensionó las relaciones entre ambas empresas, debido a la asimétrica gobernanza de la unión en la que la participación de Renault daba más poder de decisión. Sin embargo, gracias a este acuerdo se evita poner en riesgo futuras inversiones en una industria automotriz que se encuentra en plena orientación hacia los vehículos eléctricos.
Intervención del Gobierno francés en Renault
El Gobierno francés, que es quien decide la estrategia de Renault, ha tomado una medida crucial para mejorar la relación con su socio Nissan. La decisión de depositar una participación del 28% de Renault en Nissan en un fondo fiduciario sin derecho a voto.
La situación se ha visto empeorada desde la destitución del presidente de la alianza, Carlos Ghosn, en 2018 y la gobernanza asimétrica de la unión, en la que Renault tenía más poder de decisión debido a su participación del 43% en Nissan.
El acuerdo ha permitido a Renault convencer a Nissan para invertir en su división de vehículos eléctricos, que se llamará Ampere y está previsto escindir a finales de año. Nissan ha declarado su aspiración a convertirse en accionista estratégico de la unidad. Este acuerdo podría ayudar a reducir el descuento de valoración que ha estado afectando a Renault durante años y aumentar su capitalización bursátil.
Sin embargo, el reseteo tiene sus límites. La toma de decisiones entre dos socios iguales con gestión separada será más complicada sin un líder claro y puede dificultar la resolución de disputas sobre futuras inversiones o el uso compartido de tecnología. Además, los meses de negociaciones necesarios, incluso para dar este pequeño paso adelante, no auguran un camino fácil.
Por otro lado, Nissan seguirá disfrutando de las economías de escala generadas por la puesta en común de los presupuestos de compras e investigación de ambas empresas. Pero, desde la destitución de Ghosn en 2018, las acciones de Nissan han caído más de la mitad y la alianza ha sido minada. A pesar de ello, la remodelación ha permitido a los dos grupos mantener viva su colaboración industrial.
Fuente: CincoDías
