Los retratos a lápiz son un regalo original y curioso, sin embargo, la técnica no resulta sencilla. A continuación, te mostramos unas técnicas para conseguir mejores resultados.
La técnica de dibujar retratos a lápiz es uno de los métodos artísticos más longevos. Su dominio ayuda, especialmente, a realizar bocetos, lo que mejorará enormemente todas las habilidades artísticas. Además, su accesibilidad permitirá a las personas novatas aprender a dominar los estilos de dibujo; y si se práctica lo suficiente, llegarán a la perfección.
Para conseguir buenos resultados, es necesario paciencia, dedicación y esfuerzo, sin mencionar que esta técnica necesita de unos adecuados y buenos materiales. Por ejemplo, hay una clasificación de lápices: punta blanda, que te sirven para dar detalles y acabados finos, y punta dura, para dar mejores trazos con profundidad a la imagen. Si este estilo de dibujo te atrae, aquí te presentamos 5 técnicas que mejoran los retratos a lápiz. De este modo, conseguirás buenos resultados, y lo mejor, es que puedes hacerlos para potenciar tu talento. Además, la técnica no solo aplica a retratos, si no que puedes plasmar miles de ideas como escenarios, paisajes o monumentos.
Cross Hatching: retratos a lápiz a partir de líneas
Esta técnica está basada en contornear el tono, la textura y el sombreado a partir de líneas paralelas, con poco espacio entre sí. Cuando estas líneas se cruzan, producen un tramado cruzado, que es el efecto a conseguir.
Asimismo, si se desea obtener mayor o menor oscuridad, es tan fácil como aumentar la densidad de líneas diagonales.
Circulismo: esencial para la piel de los retratos a lápiz
El circulismo es un método que emplea círculos de reducido tamaño supuestos entre sí. Aunque no es necesario que los círculos sean geométricamente perfectos, deben estar muy juntos y ser pequeños. De este modo, el efecto de sombra dependerá exclusivamente de este tamaño.
Resulta muy útil para acentuar la piel de los retratos, ya que debido a su acabado regular los poros del rostro quedarán muy realistas.
Sombreado: abierto o cerrado
El dominio de la técnica del sombreado es totalmente fundamental para inundar de profundidad al dibujo. Se puede realizar de dos formas: con trama abierta o con trama cerrada.
La diferencia radica en la forma con la que se emplea el lápiz. Asimismo, este puede inclinarse en un ángulo cerrado, con más o menos presión, produciendo así sombreados en zigzag abierto, líneas paralelas cerradas o líneas separadas.
Stipping: asegura los mejores detalles para tus retratos a lápiz
El stipping permite marcar pequeños detalles en los dibujos lineales. Estos pueden juntarse para crear colores, sombreados o particularidades. En este caso, las líneas son diminutas y tienen forma de guiones.
Es la técnica perfecta para los rasgos finos de los iris de los ojos o para dibujar el bello facial.
Trazo de ida y vuelta: para dibujos con lápices de colores
Esta metodología es muy básica y se enseña en los colegios a todos los niños. Está fundamentada en el vaivén uniforme de forma rápida y hacia la misma dirección del lápiz sobre el papel.
Es muy utilizada en la modalidad de lápiz de color y suele usarse para colorear el relleno de los elementos de forma pareja.
Fuente: Mott