Las protestas de los agricultores han alcanzado su punto álgido hoy en el centro de Madrid, donde cientos de agricultores y tractores han convergido en una manifestación masiva para expresar su descontento por la situación crítica del sector agrícola en España.
Los tractoristas, que han llegado a la sede del Ministerio de Agricultura, han causado retenciones y cortes en varias vías de la región, generando un caos circulatorio que ha afectado a la movilidad en la ciudad.
En la emblemática Puerta de Alcalá, escenas de tensión han estallado cuando los agentes antidisturbios han empleado sus porras para dispersar a los manifestantes que intentaban llegar al Congreso. Esta confrontación física ha elevado la temperatura de una protesta que ya venía cargada de tensión. La Unión de Uniones, la cuarta organización agraria en España y convocante de la protesta, ha expresado su descontento debido a la prohibición de la Delegación del Gobierno de permitir la llegada de entre 800 y 900 tractores, mientras que el organismo gubernamental sostiene que solo se han vetado 150 vehículos.
Largo viaje hasta la capital.
En el epicentro de Madrid, alrededor de 50 tractores han estacionado finalmente frente al Ministerio de Agricultura. Anastasio Yebenes, presidente de la Unión de Uniones en Castilla-La Mancha, ha informado que esta columna es el resultado de la fusión de cinco comitivas que han convergido desde distintos puntos de España desde la tarde anterior. Yebenes subrayó que aún quedan muchos tractores fuera de la concentración.
La llegada de estos vehículos ha generado un aumento significativo en el número de personas concentradas frente al Ministerio en Atocha. Luis Cortés, coordinador estatal de Unión de Uniones, ha destacado la importancia del momento, afirmando que «lo que está pasando ahora está siendo visto por toda Europa». Cortés ha dejado claro que los agricultores no se moverán hasta que todos los tractores lleguen a la concentración.
Unidad en la defensa del sector.
Las banderas de España y de diversas comunidades autónomas ondean frente a la sede del Ministerio, creando un escenario visual que refleja la diversidad geográfica de los manifestantes. Los participantes, en su mayoría portando el distintivo chaleco amarillo que ha caracterizado estas dos semanas de protestas, hacen ruido con pitos y tambores en un intento por llamar la atención del Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.
Incluso una comitiva de Zamora ha llegado al encuentro, junto con una pareja de bueyes que han detenido su marcha en las inmediaciones y que lucen proclamas en contra de las principales asociaciones agrarias. Mientras algunos manifestantes aprovechan para comer a la espera del resto de tractores, la protesta se consolida como un símbolo de la unidad y la resistencia del sector agrícola en España.
