Los fondos de deuda han duplicado su penetración en España hasta casi el 20%, haciendo que la confrontación con la banca sea cosa del pasado.
La ‘desintermediación bancaria’ ha llegado para quedarse, aunque con mayor demora que en otros mercados. Pese a la falta de estadísticas oficiales, el consenso de los expertos financieros apunta a que la financiación alternativa supone entre un 15% y un 18% del total en España. Lo que significa que cada vez más compañías pequeñas y pymes -con ebitdas de entre tres y quince millones-empiezan a emplear el direct lending.
Esta pérdida progresiva se inició durante la crisis de 2008, cuando la financiación alternativa era muy residual y apenas llegaba al 10%. Pero a raíz del colapso bancario, el desarrollo de fuentes alternativas de financiación se incrementó para intentar cubrir la deficiencia que ocasionaron los bancos.
Jean François Guicheteau, Head of Leveraged Finance de BBVA, especifica las dos situaciones en las que la entidad financiera suele colaborar con los fondos de deuda. “En primer lugar, para incrementar el nivel de apalancamiento que la entidad financiera puede asumir en solitario. En un segundo supuesto, para aquellas situaciones donde se busca una estructura de financiación que ejerza poca presión sobre los flujos de caja. Por ejemplo, incorporando tramos con una única cuota al vencimiento del crédito (bullet)».
Los fondos de deuda han sustituido a la financiación bancaria
Por otro lado, hay operaciones más complejas de tratar por los bancos. Estás pueden ser situaciones distressed o adquisiciones de compañías con menor caja. En cualquier caso, el Head of Leveraged Finance de BBVA considera que el mercado español camina hacia una mayor cooperación.
«Todo el mundo es consciente de que esa colaboración creciente entre los tres mundos (el equity, la deuda alternativa y la bancaria) puede, en algunos casos, resultar beneficiosa. Cada vez trabajamos más en estructuras híbridas, que aportan deuda a un precio sustancialmente más atractivo. También prestan servicio en el día y día y otorga estabilidad en la relación y en la gestión cuando resulta necesario revisar los términos de las operaciones», declara Guicheteau.
Fuente: elEconomista