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Nearshoring: El boom industrial en México

En los últimos años, México ha experimentado un auge en la relocalización de la manufactura, conocido como «nearshoring». Empresas globales, especialmente asiáticas, están trasladando sus operaciones de fabricación a México para estar más cerca del mercado estadounidense.

Una de las empresas que ha adoptado esta estrategia es Hisun U.S.A., que ha trasladado parte de la fabricación de sus vehículos todoterreno a México. La compañía ahora tiene dos plantas en Saltillo, Coahuila, y planea abastecer gran parte del mercado americano desde México.

México es el mejor punto estratégico

El «nearshoring» es una tendencia creciente que contrasta con el «offshoring» de décadas anteriores, donde las fábricas se trasladaban a China para producir más barato. Ahora, las empresas buscan zonas geográficas más cercanas para fabricar sus productos. Sin duda, México se ha convertido en una puerta atractiva para el mercado estadounidense debido a la cercanía geográfica, el costo de la mano de obra, la guerra comercial entre Washington y Pekín, y las ventajas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC).

En 2022, la inversión extranjera directa en México aumentó un 12%, y el 48% de esa inversión es nueva. El sector manufacturero lideró la inversión, con énfasis en la fabricación de automóviles, camiones, componentes electrónicos y autopartes.El fabricante de autos alemán BMW anunció una inversión de $870 millones en los próximos tres años, destinada principalmente a la construcción de un centro de producción de baterías eléctricas en San Luis Potosí.

Por otro lado, El «nearshoring» también ha llevado a la construcción de nuevos parques industriales en México. Solo en el último año, comenzó la construcción de 47 nuevos parques, y se estima que el «nearshoring» generará aproximadamente $30.000 millones en México en 2022.

El boom industrial atraviesa desafíos

Sin embargo, el proceso no está exento de desafíos. La falta de energía, la escasez de agua en ciertas zonas, la seguridad y la capacidad para fabricar componentes son obstáculos que deben superarse.

A pesar de estos inconvenientes, muchos inversores y empresarios confían en que el «nearshoring» en México no será una tendencia pasajera. La relocalización de la manufactura está en aumento, y se espera que continúe creciendo en los próximos años. Este fenómeno refleja un cambio significativo en la dinámica global de la manufactura y podría tener implicancias a largo plazo en la economía y la industria de México y la región.

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